Aldea Santillana

El lugar es precioso, el personal muy profesional, amable y atento. Todos los invitados han salido encantados con el servicio, no podría haber sido más perfecto.

Mejor imposible. El personal y el servicio es una maravilla, de 10. El sitio es un encanto. Lo recomendaríamos mil veces. Muchas gracias a todos por hacer que nuestro día fuera fantástico.

Agradecer el trabajo de Laura durante estos casi dos años de preparación y el trabajo de Josito en la boda. Gracias a ellos fue un día perfecto. La comida deliciosa, la atención maravillosa, el DJ un espectáculo… ¡Solo palabras de agradecimiento hacia este equipazo!

Una boda excelente sin ninguna queja hacia todos nuestros proveedores. No podría ser mejor.

He tardado mucho en dar nuestra opinión por temas personales, ya que nos casamos el 2/10, pero creo que era necesario por si ayuda a otras parejas. El sitio es espectacular, los invitados se quedaron encantados con las vistas y con el lugar, parece un sitio de cuento de hadas y lo mejor que tiene son las habitaciones; es un plus poder levantarte al día siguiente y seguir disfrutando de los invitados. El desayuno del día siguiente estuvo fenomenal y el personal es muy amable e intenta ayudarte en todo y darte solución, pero la calidad del servicio en general para el precio no compensa. Para empezar, tuvimos muchos problemas con la gestión; preparar con ellos la boda nos dio muchos quebraderos de cabeza. Lo primero fue cambiar la fecha de boda por la pandemia, ya que nos casábamos en el 2020 y hasta que nos volvieron a dar la misma fecha que teníamos para el 2021, nos pusieron muchas pegas; solo nos daban fechas en baja temporada: enero, febrero, marzo o pasado el 16 de octubre, y nos decían que estaba todo reservado. Finalmente, la conseguimos porque los pillamos mintiéndonos. Durante las preparaciones tuvimos muchos problemas, negociar con ellos era todo un estrés; al principio, mucha flexibilidad, pero luego no es verdad. Eso provocó que el día de nuestra boda fuésemos con mil ojos y no pude disfrutarla como quería, tuvimos que estar encima de ellos y aun así me salieron unas cuantas cosas mal. Pusimos una barra de cervezas con 5 tipos de cervezas; pues bien, una de ellas (la virgen) nos la cambiaron por Mahou sin decirnos nada, porque no les había llegado el pedido de la que teníamos y les pareció oportuno cambiarla sin avisarnos. En el cóctel teníamos una barra de cócteles y pusimos parte sin alcohol, que no nos habían puesto; en cuanto se lo dijimos, nos hicieron 10 cócteles sin alcohol. A una amiga le cambiaron el menú (error bastante grave), porque se pensaban que era otra invitada y a pesar de que mi amiga les dijo que no era esa invitada y que ella no tenía problemas con el anisakis, sino con el gluten y la lactosa. No le hicieron caso, menos mal que lo que habíamos puesto lo podía comer sin problemas. Habíamos puesto aperitivos en el cóctel para los celíacos; cuando mi amiga se lo comentó al camarero, este le dijo que no había y para rematar, nos cambiaron el postre y nos pusieron uno casero que no tenía nada que ver con el que probamos en la cata. Luego nos explicaron que el proveedor que les hacía este postre tuvo que cerrar en pandemia, pero no nos avisaron a pesar de que les preguntamos si había cambiado algo en el menú porque tuvimos que hacer la cata en 2020. Directamente, intentaron solucionar el problema con un postre casero, que a mi parecer no está a la altura; muchos invitados lo notaron. Tengo que decir a su favor que la cantidad de comida es abundante tanto en el cóctel como luego, en el banquete. Y por último, el DJ. Teníamos para nuestro baile doble canción, pero no iban a ser enteras, por lo que tenía que empalmar una con otra en los minutos que le comentamos por email; pues otra cosa que tampoco hicieron bien. Además, no hacía caso a las peticiones de los invitados y a pesar de habernos currado la lista de canciones, hubo un momento que la cambió porque decía que los invitados no bailaban porque era reguetón antiguo. En cuanto le comenté que esa no era nuestra lista, volvió a cambiarla. En fin... Como he dicho al principio, tuvimos que estar detrás de todo. Nuestra boda era grande y el día de antes no pudimos ir a colocar nada en el salón, por lo tanto, el mismo día de la boda fuimos a primera hora, pero teníamos demasiadas cosas que hacer y fuimos agobiados porque no nos daba tiempo. En ningún momento nos han dado facilidades. Personalmente, por el mal recuerdo que se me ha quedado, no volvería a repetir mi boda aquí.

Enhorabuena a todo el equipo de Aldea Santillana. Gracias a Fernando, Jose Maria, Laura, Javier, Rubén, David… Por hacer que nuestro sueño se hiciera realidad. Fabuloso el trato, la comida, el sitio… ¡Todo!

Llegamos a Aldea Santillana porque nos cerraron el sitio donde nos casábamos durante el Covid. No lo conocíamos y en cuanto entramos nos enamoramos.
Vaya contratiempo más maravilloso que nos cerraran el sitio de nuestra boda a 6 meses, es cierto que fue un disgusto, pero el equipo de Aldea Santillana lo supo compensar con creces. Desde el minuto uno, Fernando nos dio seguridad, nos trató de maravilla y nos dio una flexibilidad infinita a la hora de organizar nuestra boda, ya que había cosas que ya habíamos contratado para la otra finca. Del sitio qué decir… Que es un cuento para un día tan especial como es una boda. Nosotros elegimos la finca de Capellanía y fue maravilloso. Todos los invitados y nosotros coincidimos que es el mejor sitio que hemos conocido para una boda. ¡Y todos acabamos maravillados con el servicio, vaya atención! Todos los camareros fueron maravillosos, atentos, serviciales y pendientes de cada necesidad nuestra y de nuestros 130 invitados. Quiero resaltar por encima de todo la atención de Laura y Gabriel, que nos acompañaron en un día tan importante y nos dejaron disfrutar como auténticos niños, preocupándose ellos de que todo saliera perfecto. También quiero resaltar la atención de los camareros y camareras de ese día, estaban totalmente pendientes de que no nos faltara de nada. Probamos toda la comida gracias a que venían buscándonos para que pudiéramos beber y comer. Resumiendo todo, todo fue perfecto. Antes de la boda la atención fue exquisita, pero durante la boda fue aún mejor. Muchísimas gracias, equipo, sois los mejores.

Después de tener muchísimos problemas con la wedding planning (no enterarse de la información que le facilitas, el día de la boda organizar cosas que no tienes contratadas y no están en la agenda, y un largo etc.) se les comenta personalmente que no estamos nada contentos con el servicio prestado (habitaciones en mal estado, sin agua caliente, aire acondicionados sin funcionar, no preguntar para ampliar barra libre…) y que queremos poner una reclamación, nos indican que el dueño no está en esos momentos y que le escribamos vía mail y lo hablásemos con él. A día de hoy, 3 semanas después de la boda, no tenemos ningún tipo de contestación por parte del dueño. Una gran decepción después del dineral que tienes que pagar.

Casi dos años y medio después de enamorarnos por primera vez de Aldea Santillana, pudimos poner el broche de oro a tan larga espera. El Covid-19 truncó nuestros planes de casarnos en junio de 2020, y tras año muy largo y agotador, llegó nuestro día. Gracias infinitas a Silvia por esa paciencia inmensa, por la larga lista de mails, por los mil retoques en la agenda de la boda, en el menú, en las sorpresas, en la decoración, en las mesas, en el número de invitados... Nunca tuvimos un no por respuesta, y tuvimos la boda que siempre habíamos soñado (en tiempos de pandemia era difícil, pero eso hizo que fuese aún más especial), es imposible decir con palabras lo que ese día vivimos. Gracias también a Fernando, por abrirnos las puertas de la finca el primer día; a Laura y a Gabriel, por no separarse de nosotros durante la semana de la boda y ayudarnos en todo lo que podían; a José Luis, por escuchar y anotar los cambios de menú y hacerlos realidad. En definitiva, a todo el equipo que forma Aldea Santillana por darnos el mejor día de nuestras vidas.

De la finca voy a hablar poco... porque es simplemente espectacular. Es el sitio ideal para que tu boda sea única, de cuento. La ubicación y las vistas son excepcionales. Además, cuenta con bastantes habitaciones, cada una diferente y muy bien decoradas. Así los novios, sus familias y los invitados pueden alojarse en la propia finca y todo es mucho más cómodo. En lo que realmente me quiero centrar es en la atención excepcional de su personal: Laura, Gabri, José María... Auténticos profesionales. Pero, especialmente, Laura, que desde el minuto uno vivió con nosotros toda esta situación tan complicada de cambios de fechas e incertidumbre. Se implicó al máximo e hizo que esos momentos tan difíciles no lo fueran tanto. Siempre atenta, pendiente de todo, asesorándonos, aconsejándonos y, sobre todo, dándonos mucha confianza. Siempre flexible y adaptándose a nuestras necesidades. Un mes antes de la boda (la tuvimos que aplazar dos veces) nos invitó a volver a ver la finca y poder degustar de nuevo el menú (había pasado más de un año desde la degustación) eso nos dio mucha seguridad y confianza. Ya el día de la boda, nos dejó hasta el mismo día a primera hora para decidir si la ceremonia se hacía en exterior o dentro, ya que daban lluvia. Al final, decidimos hacerla fuera y por suerte el tiempo respetó. ¡Ella estuvo con nosotros en todo momento, pendiente de todos los detalles, de los momentos especiales, de todo! Eso te permite relajarte y dedicarte a disfrutar al máximo de ese día, lo cual agradecemos muchísimo. ¡Nos lo hizo todo muy fácil! No podemos poner ninguna pega. La ceremonia fue espectacular. El coche de caballos precioso. El cóctel abundante, con un servicio atento en todo momento. La comida exquisita, los camareros ni te enterabas de que estaban de lo bien organizado que estaba el servicio. La discoteca genial, con bebida de calidad (lo cual agradecimos al día siguiente). Quiero mencionar a Guillermo, el DJ. Se encargó de la música de todos los momentos especiales, la música ambiente en cóctel, la comida y de la discoteca, la verdad fue todo un acierto. Pendiente de todo y abierto a cualquier petición. Contratamos karaoke y fue realmente divertido. Servicio de 10. Gabriel, el maître, todo un profesional. Nos acompañó al ayuntamiento para la boda civil, ayudaba a los invitados a ubicarse en las habitaciones, estuvo pendiente del todo el servicio y siempre dispuesto con una sonrisa. ¡Chapó! Laura: gracias por hacer posible este día tan especial. Nunca lo olvidaremos. Ojalá hubiese más gente tan profesional e implicada como tú. Se nota que amas lo que haces y le pones todo el cariño. Para nosotros ese día fue mejor de lo que soñábamos y en gran parte fue gracias a Aldea Santillana y por supuesto a Laura Serrano.

Cuando visitamos por primera vez Aldea Santillana sentimos que era el lugar perfecto para celebrar nuestra boda, un lugar de ensueño con instalaciones preciosas, todo parecía ir bien hasta que tuvimos la primera cita con S. (encargada de nuestra agenda). Notamos que no teníamos feeling con ella y muchas de las cosas que nos comentó F. antes de contratar el servicio, no se iban a cumplir, ya que S. nos ponía pegas al respecto y nos decía que lo tenía que consultar. Todo empeoró cuando tuvimos que posponer la boda que se celebraba el 21/03/20 por la pandemia. Aquí comenzaron los problemas más importantes. Nos querían imponer sus fechas para volver a celebrar la boda, no eran nada flexibles. Finalmente, como se negaban a devolver la reserva de 3000 €, decidimos celebrar la boda y nada de lo contratado se cumplió. Contratamos un cóctel de 4 h y a las 2 h ya habían quitado la comida. Contratamos coctelería acrobática para todo el servicio y se retiró el coctelero antes de tiempo y mi esposo tuvo que solicitar que volviera a salir y le informaron que de los dos tipos de cócteles que contratamos solo sacarían uno porque el otro se les había terminado, y así un largo etcétera. No quedamos nada conformes. Aunque el lugar es precioso, no lo volveríamos a celebrar allí por la poca profesionalidad.

Voy a ser muy escueto y directo. Finca idílica, preciosa. Servicio nefasto. Nos afectó la pandemia y volver a cerrar una fecha fue tedioso y largo, nos imponían fechas sin abrir su mano ni un poco. Una vez cerramos la fecha, llega el día y el servicio penoso. Con antelación pedimos que nos buscasen para pasarnos las bandejas, nunca se cumplió. Teníamos 3-4 h de cocktail, pues la comida la quitaron cuando ellos quisieron, concretamente a las 2 h del inicio del cocktail. Pedimos coctelería al no poder tener fiesta por las restricciones, pues a mitad de la celebración nos lo quitaron también. Tuve que ir yo a pedir que regresase y cuando lo hace, solo viene con un cocktail, que el otro no tenía, cuando se pagó el servicio completo. La persona que nos acompañó, sin feeling ninguno y nunca pensó en nuestra satisfacción. La verdad, no lo recomiendo.

Finca espectacular, muy buen trato por parte del personal. Estamos encantados con la elección.

No tenemos palabras para expresar la gratitud que sentimos por los dueños y trabajadores de la finca. Aparte de lo hermosísimo del lugar, de su excelentísima gastronomía y de lo atentos y serviciales que son sus trabajadores, queremos destacar que el amor y paciencia con lo que lo hacen todo, y el nivel de detalle, hicieron aquel fin de semana el mejor de nuestra vida.

Nos enamoró desde el primer día la belleza del entorno y los salones, pero todo lo demás, desde la comida, el servicio y la atención ¡es estupendo!